viernes, 15 de junio de 2018

Accidente ofídico en pediatría

Los niños con accidente ofídico deben ser observados en las unidades de cuidado crítico pediátrico; si no la hay disponible deben ser tratados en un servicio que les garantice un monitoreo continuo y constante con evaluación permanente durante su estancia.
La intoxicación más común en el mundo por envenenamiento de animales es la producida por mordeduras de serpiente. Existen alrededor de 3.000 especies de serpientes en el mundo, 15% peligrosas para los humanos. Ocurren 3 millones de accidentes por año con 50.000 muertes.

Tiempo de consulta después del accidente ofídico

Muchos factores influyen en el tiempo que transcurre desde la mordida y la consulta médica, entre ellos debe considerarse las grandes distancias para llegar a los centros de atención, medios de trasporte, orden público de las regiones, factores culturales (primero se consulta a curanderos o hierbateros) lo que incide en la atención tardía del accidente ofídico, retrasando el inicio del tratamiento específico con suero antiofídico que lleva al agravamiento de la intoxicación.
Según las estadísticas, el 3% consulta antes de 2 horas después de ocurrido el accidente ofídico, un 12% consulta entre 2 a 4 horas, el 22% lo hace entre 4 a 6 horas, el 53% de las victimas consulta entre 6 a 12 horas, el 7% llega a consulta entre 12 a 24 horas y un 3% después de 24 horas. También se ha reportado que el 40-45% de las personas mordidas por serpientes recibe algún tipo de tratamiento previo antes de acudir a un Centro de Salud.

El ofidio


Las serpientes (Serpentes) u ofidios (Ophidia) son un suborden de saurópsidos (reptiles), diápsidos pertenecientes al orden Squamata, superorden de los Lepidosaurios. Se originaron en el período Cretácico.
Las serpientes se caracterizan por la ausencia de extremidades y cuerpo alargado. Algunas poseen mordeduras venenosas que utilizan para matar a sus presas antes de ingerirlas. Otras serpientes matan a sus presas por constricción, por ejemplo, estrangulación.
Los ofidios cuya mordedura es tóxica o venenosa suelen ser llamados propiamente víboras o serpientes (o arcaizantemente sierpes), mientras los ofidios cuya mordedura no es venenosa suelen ser llamados culebras.
Existen varios tipos de dientes, según el hueso sobre el que se implanten: maxilares, pterigoideos, palatinos, dentarios y premaxilares.
Los dientes maxilares son los más variados y los únicos que pueden estar asociados a glándulas venenosas; se pueden distinguir cuatro tipos principales:
Aglifos. Son dientes macizos, prensiles, curvados hacia atrás para sujetar la presa y no están diseñados para inocular veneno. Es el caso de muchos colúbridos, bóidos y pitónidos. En general son serpientes inofensivas para el hombre, con excepción de las grandes constrictoras (pitones, anacondas).
Opistoglifos. Son dientes acanalados situados en la parte posterior de la mandíbula y conectados con glándulas de veneno, constituyendo un sistema de inoculación primitivo. Dado que para inyectar el veneno debe morder con la parte posterior de la boca, normalmente son poco peligrosas para el hombre.
Proteroglifos. Son dientes pequeños y fijos situados en la parte delantera de la boca, con un canal más o menos cerrado. Las corales, cobras y las mambas poseen estos dientes. Algunas especies, como la cobra escupidora (Naja nigricollis), los tienen modificados para escupir el veneno a más de cuatro metros de distancia.
Solenoglifos. Se trata de dos largos colmillos móviles en parte anterior de la mandíbula; son huecos con un canal interior cerrado y conectado con glándulas venenosas. Los colmillos se pliegan sobre el paladar superior cuando el animal cierra la boca y se enderezan rápidamente cuando la abre. Es el sistema de inoculación más eficaz. Este tipo de dentición es característico de los vipéridos.

Clasificación según hábitat

Las serpientes, de acuerdo con su hábitat, se clasifican en: excavadoras, terrestres, acuáticas y arborícolas. Dentro de las terrestres sólo un 15% de ellas son venenosas. Su ubicación principal es en áreas de vegetación diversa, en especial zonas cálidas y selváticas.
El tipo Bothrops, conocida como mapaná, “cuatro narices”, pudridora o pelo de gato y con muchos nombres más, tiene importancia por su amplia distribución geográfica y por ser productora de gran cantidad de veneno. Se encuentra en plantaciones de banano, caña, arroz y en áreas como los potreros.
La especie Lachesis muta, conocida como verrugosa, rieca, etc., se encuentra desde bosques húmedos hasta los 800 metros sobre el nivel del mar.

Manifestaciones clínicas


Bothrops

Envenenamiento leve. Cinco horas después del accidente. Dolor, edema, eritema local en el segmento afectado. No hay compromiso sistémico. PT, PTT normales o levemente alteradas. Fibrinógeno 200 – 400 mg/dLnormal.
Envenenamiento moderado. Horas o días después del accidente. Dolor, edema, equimosis y/o flictenas serohemáticas de todo el segmento. Hipotensión arterial, taquicardia. PT y PTT. Fibrinógeno (100 – 200 mg/dL).
Envenenamiento severo. Dolor, edema extenso, necrosis local o extendida a todo el segmento. Hipotensión arterial, taquicardia, compromiso de la conciencia, signos de sangrado, choque. PT, PTT. Fibrinógeno < 100. Puede aparecer desde el principio del accidente

Elapidae

Manifestaciones locales. Ptosis palpebral, diplopía, adinamia, sialorrea, paresia, disnea, coma, convulsiones y muerte por parálisis respiratoria.

Medidas generales

Realizar historia clínica completa, establecer hora y lugar del accidente y en lo posible tratar de identificar la serpiente. Evaluar la función respiratoria del paciente, puede requerirse administrar oxígeno. Evaluación rápida del estado hemodinámico del paciente.
Iniciar infusión de líquidos endovenosos, canalizar vena en una extremidad diferente a la lesionada. Esto evita confusión en caso de extravasación de los líquidos endovenosos.
Se debe realizar un examen físico y neurológico completo incluyendo signos vitales, algunas toxinas producen reflejos vagales que inducen bradicardia y síncope vasovagal, otras hipotensión, hipertermia, taquicardia, taquipnea. En caso de hipotensión suministrar solución salina isotónica o lactato de Ringer, para garantizar un buen volumen urinario.
Es importante compensar al paciente hemodinámicamente, antes de iniciar infusión de suero antiofídico. Lavar bien el sitio de la mordedura con abundante solución salina y jabón. Cubrir la herida con un apósito estéril, sin vendaje. Inmovilizar la extremidad. Valorar el área de la lesión, establecer la profundidad o superficialidad de la misma.
Realizar gastroprotección en estos pacientes que van a estar sin vía oral por algunas horas y tienen riesgo de sangrado gastrointestinal si están anticoagulados por efecto de las toxinas.